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Ahora, la moto eléctrica

Idea clave hacia la neutralidad climática, ara (2/2)

La pandemia del Covidi-19 ha comportado, desgraciadamente, una reducción drástica de los desplazamientos en transporte público. Mucha gente ha buscado alternativas en los vehículos individuales: patinetes, bicicletas, bicicletas eléctricas, vehículos de movilidad personal ... pero también coches, ciclomotores y motocicletas.

 

Foto: Silence.eco

Las ventas de motos y ciclomotores han crecido en los últimos meses. En concreto, las matriculaciones de ciclomotor en Catalunya entre enero y septiembre de 2020 casi doblan las del año anterior. En relación a las motos su venta es más estable (en septiembre de este año se han vendido un 5% más de motos que en septiembre de 2019), pero en cualquier caso no se han desplomado como en el caso de los coches.

Las motocicletas y ciclomotores representan el 30% del parque móvil y el 48,6% de los desplazamientos internos de la ciudad de Barcelona. Y aportan como mínimo el 11% de las emisiones de PM10 y el 8% de las emisiones de CO2 asociadas a su tráfico. El estudio de 2017 sobre el terreno que midió las emisiones de más de 92.365 vehículos, identificó que las emisiones reales de PM10 de las motocicletas eran superiores a las de los turismos y equivalentes a las de las furgonetas.

Al igual que el coche eléctrico, las motocicletas eléctricas son entre 3 y 4 veces más eficientes energéticamente que las motos con motor de combustión interna, al hacer un análisis "del pozo a la rueda". Esto significa que la reducción global de consumo y de emisiones de CO2 puede bajar hasta un 75%. La reducción es aún mayor en relación a emisiones de NOx y partículas PM10.

Cada vez hay más modelos de ciclomotores y motos eléctricas de marcas diferentes: Silence, Niu, Torrot, Honda, Rieju, Peugeot, Energica, Bultaco, BMW, Gas Gas, Govecs, Harley Davidson, Vuelta, Vespa, Zero, Kyoto y muchas más. Algunas de ellas desarrolladas y producidas en Catalunya, por lo que incluso podemos intentar reavivar la industria local de la motocicleta que teníamos hace 30 o 40 años. De hecho, la colaboración de Silence con SEAT para las motos eléctricas de esta última permite avanzar en esta línea.

Las motocicletas y los ciclomotores eléctricos tienen un precio cada vez más asequible, y las diferencias respecto a sus equivalentes convencionales se está reduciendo de forma significativa. Pero curiosamente el grueso de subvenciones se dirige hacia los coches, vehículos muchos más caros que compran personas y empresas con mayor poder adquisitivo.

En concreto, el importe de las ayudas y subvenciones actuales a la movilidad sostenible (Plan MOVES-II) es cuantioso (100 M € anuales al conjunto de España), y la administración estatal ya ha manifestado su intención de que el año que viene la dotación del Plan MOVES III llegue a los 450 M € anuales. Con este dinero se están otorgando subvenciones de 4.000 y 5.500 € a los coches eléctricos, pero sólo de 750 € par motocicletas eléctricas (sólo 350 € más de los 400 € que se otorgan a las motocicletas convencionales en el plan Renove) y de 0 € los ciclomotores eléctricos (es decir, ¡no existe ninguna ayuda para los ciclomotores eléctricos!). No se sabe por qué, cuando por cada coche eléctrico se podrían subvencionar (con más dotación) 4 o 5 motos y ciclomotores eléctricos, lo que tendría mucha más repercusión ambiental (afectaría muchos más vehículos) y social: aceleraría el cambio cultural que representa la movilidad eléctrica respecto la movilidad convencional basada en el abastecimiento en gasolineras.

Se ha hablado mucho de la prohibición de la venta de vehículos diésel nuevos a partir de 2030 o 2035. Una postura que sigue planteamientos originariamente centro y norte-europeos. Quizás en el Mediterráneo podemos buscar nuestras prioridades en función de las particularidades de nuestro parque móvil.

En el año 2012 se dejaron de vender bombillas incandescentes por ser consideradas una tecnología obsoleta. Tenemos que empezar a pensar en los ciclomotores y las motos convencionales (sobre todo las de cilindrada baja y media) como tecnologías realmente obsoletas, y de las que tenemos alternativas asequibles. ¿Hasta cuando dejaremos que se sigan vendiendo nuevas, que contaminan nuestras ciudades y el planeta?

Y próximamente:

1. Ahora, la recarga de los vehículos en casa y en el trabajo

2. Ahora, el taxi y las furgonetas de distribución eléctricas

3. El 2022, el peaje urbano en Barcelona