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Ramon Folch habla de «Justicia social, educación y ciudades verdes» en el IAEC2012 Changwon Korea

Ramon Folch, invitado como ponente clave en el XII Congreso Internacional de Ciudades Educadoras (26-28 abril 2012) organizado por la Asociación Internacional de Ciudades Educadoras (IAEC), protagonizó la segunda sesión plenaria del día 27 de abril.

«El siglo XIX fue el siglo de los imperios, el siglo XX fue el siglo de las naciones, el siglo XXI será el siglo de las ciudades. Pero, ¿de qué ciudad estamos hablando?…» 

«Las ciudades pertenecen a la solución, no al problema»
Las ciudades concentran en la actualidad más de la mitad de la población mundial y la mayoría de los servicios. El desarrollo del sector terciario, unido a los incrementos de eficiencia del sector primario que están haciendo desaparecer la agricultura de subsistencia, explica el fenómeno. Por ello, la migración del campo a la ciudad ha sido intensa en las últimas décadas. Sumada al propio crecimiento vegetativo de la población urbana, ha provocado el actual boom urbano, difícil de gestionar. Por este motivo, las ciudades son un magnífico espacio de intercambio de servicios y bienestar y, simultáneamente, un lamentable lugar de pobreza e injusticia social. En todo caso, las ciudades pertenecen a la solución, no al problema.

«La ciudad sostenible del siglo XXI, por tanto, debe ser equitativa, eficiente e inteligente» 
En términos de economía de escala, la ciudad es muy eficiente, principalmente la ciudad mixta y compacta. Por eso la ciudad siempre es «verde» sistémicamente hablando. Debe serlo también en su urbanismo. Pero los parques y los espacios abiertos no son suficientes, si no forman parte de un sistema social y productivo igualmente verde. Es decir, socialmente equitativo y funcionalmente eficiente, tanto si hablamos de energía o de agua, como si nos referimos a la movilidad o a la calidad de los edificios. No es una cuestión meramente ambiental, sino un tema social básico, porque la calidad de vida urbana depende, además de la equidad, de esta eficiencia. Y hoy en día, en plena expansión de las tecnologías de la comunicación, la ciudad también debe ser inteligente. La ciudad sostenible del siglo XXI debe ser, por lo tanto, equitativa, eficiente e inteligente.

«No habrá ciudad sostenible sin ciudadanos educados en la sostenibilidad» 
Por desgracia, la realidad está muy lejos de esto en la mayoría de las grandes concentraciones urbanas, especialmente en las más jóvenes (de las casi 450 ciudades con más de un millón de habitantes existentes actualmente en el mundo, únicamente 75 eran ya grandes ciudades en 1950). Solo un cambio en profundidad de las políticas urbanas podrá conseguir la transformación necesaria. Este cambio exige decisiones de gobierno, pero también muchas modificaciones en las actitudes y pautas vitales de la ciudadanía. La revolución urbana del siglo XXI no es únicamente una cuestión demográfica o de concentración de poder. Es sobre todo un cambio sociológico necesariamente sostenibilista. Y, como todo cambio social, será el resultado de un proceso espontáneo incontrolado, o de un proyecto socialmente equitativo y ambientalmente sensato. El cambio pasará en la ciudad, a causa de la ciudad y para la ciudad. Y, en el centro de todo esto, como siempre, la educación. No habrá ciudad sostenible sin ciudadanos educados en la sostenibilidad.

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